El sueño empieza siempre igual: los cuerpos muertos, sobre el metal; El agua inunda la catedral; Y la piedra sangra para cambiar, para olvidar y respirar... Y respirar, mientras todo cae. Y desde el templo, Vimos cómo se inundó el mundo que nos dieron, nuestra casa. Hundid las armas, nadad sin causa hacia el Sol. El sueño acaba siempre igual: los sin rumbo, en el gran mar. Y respirar, mientras los cuerpos caen. Y respirar, mientras todo cae. Y desde el templo, Vimos cómo se inundó el mundo que nos dieron, nuestra casa. Hundid las armas, nadad sin causa... ¿Cuántas veces más? ¿C Uántas veces más estos secos huesos llegarán a puerto? Estos huesos se levantarán.