Cuando tú no estás, los leños de las vías Se pliegan sobre sí Quedando los vagones sin hora de salir En un hangar sin fin Cuando tú no estás, se achican los abrazos Se seca el manantial No hay lumbre en las canciones La lámpara del faro desiste de alumbrar Pero por suerte para el mundo, para mí Tú siempre estás, siempre estás Pero por suerte para el mundo y para mí Tú siempre estás, siempre estás Siempre Cuando tú no estás, las hojas de los tilos Se ausentan de su don Y en todos los lugares dormitan escondidos Los pájaros sin voz Cuando tú no estás, la estancia se oscurece Y se acentúa el mal Vacía las ciudades, océanos sin peces Cometas sin violar Pero por suerte para el mundo y para mí Tú siempre estás, siempre estás Pero por suerte para el mundo y para mí Tú siempre estás, siempre estás Siempre Siempre