Con una pena de muerte Maldigo injustamente a los que antes compartieron Contigo los delirios de la carne. Y se hace tarde, Y hay quien nos dice que debiéramos mirar Más el reloj. El amor entre tú y yo Es, a veces, Como el silencio, Y al nombrarlo se rompe. Noche tras noche Me hago adicto a tus ritmos, Tus sonidos, tus sabores. Cargados de buenas intenciones Nos empapamos de urbanidad, Vendimiando en las aceras Alguna que otra hermosa amistad. Y yo vigilo tu sonrisa mientras tomas un té En un café del centro. Mar adentro, mientras las sirenas cantan, Hay quien se tapa los oídos, Quien se ata al mástil de proa. Tú y yo dejamos Que nos seduzcan con su canto. Nos estrellamos Contra las rocas. Con una pena de muerte Maldigo injustamente Al tiempo que nos maltrató. Ahora tú y yo somos otros Y todo es una frágil pavesa, Que regresa al viento Como esta vieja canción. Como esta vieja canción. Como esta vieja canción.