Un amigo muy dulce y amante Hoy te llama con ansias y amor Ven a mí, te daré vida eterna En mansiones de eterno esplendor No rechaces la voz tan amante De Jesús tu benigno Señor A la paz y pureza él te llama Al edén del celeste fulgor Cuántos hay cuya carga es pesada Sólo es llanto, dolor y pesar Hoy escucha tan dulce llamada Ven a mí, yo te haré descansar No rechaces la voz tan amante De Jesús tu benigno Señor A la paz y pureza él te llama Al edén del celeste fulgor Aunque vivas aquí sin amarle Ante el gran tribunal ¿qué será? Sólo él puede darte esperanza Él que cree salvado será No rechaces la voz tan amante De Jesús tu benigno Señor A la paz y pureza él te llama Al edén del celeste fulgor