Caballero de la tarde entristecida Camina, que te aguarda la distancia Tu amor será la fragancia de la rosa campesina El aliento de tu vida y tesón de tu constancia Compañero de camino y luna llena Centinela de la más hermosa flor Tú conociste el amor entre pétalos de ensueño De la mañana eres dueño y del tiempo todo un señor El abrojo de los años cultivados A tu lado me enseñaron tantas cosas Cosas por demás hermosas que asimilé sin cautela Porque tú fuiste la escuela que le dio acento a mi prosa Viejo mío, caballero de la tarde Tú, mi padre, tú, mi hermano y gran amigo Los dos que fuimos testigos en el monte del dolor Conocimos al señor que nos dio calor y abrigo Taciturno, cuántas veces te sentí Allí donde claudican nuestros días Viendo la policromía del exótico paisaje Para con rudo lenguaje descifrar su fantasía Esas cosas que me diste, padre mío Me enseñaron a quererte mucho más Me hicieron sentir capaz de luchar ante la vida A superar las caídas y a no olvidarte jamás Cabizbajo, soñoliento y arrogante Transitaste los caminos de mi infancia Tu noble perseverancia de buen padre y gran amigo Me hizo sentir protegido en brazos de tu constancia Gran señor, yo te agradezco tanto amor Gran señor, yo te agradezco tu actitud Tú posees la virtud de haber sabido ser padre Con permiso de mi madre cuidaste mi juventud