Ser presencia, Señor, es hablar de Ti sin nombrarte Callar cuando es preciso; Gestos en lugar de palabras Luz que debe alumbrar, voz que desde la vida habla Decir que estamos cerca aunque estemos en la distancia Ser presencia es, también, incluir a la esperanza Sufrir con el que sufre Mostrarte en oscuras llagas Reír con el que ríe, alegrarse con los que aman Gritar con el Espíritu que Dios siempre nos salva SER TU PRESENCIA, SEÑOR, ABRIRNOS EL CORAZÓN Y ES TAMBIÉN, SEÑOR, SER CAMINANTE EN UN CAMINO POBLADO DE HERMANOS GRITANDO EN EL SILENCIO QUE ESTÁS VIVO QUE NOS TENÉS TOMADOS DE LA MANO Ser presencia es vivir sin más armas que tu Palabra Compartir tu Misterio Y decirles, Dios, que los amas Es saber escuchar que tu vos en silencio nos habla Y ver por ellos cuando la fe, parece, se apaga Ser presencia, Señor, es vivir tus tiempos en calma Esa serenidad Con la paz que llenas las almas Es vivir la tensión de una Iglesia que crece y cambia Abrirse a nuevos tiempos siendo fieles a tu Palabra SER TU PRESENCIA, SEÑOR, ABRIRNOS EL CORAZÓN Y ES TAMBIÉN, SEÑOR, SER CAMINANTE EN UN CAMINO POBLADO DE HERMANOS GRITANDO EN EL SILENCIO QUE ESTÁS VIVO QUE NOS TENÉS TOMADOS DE LA MANO Ser tu presencia, Señor, abrirnos el corazón SER TU PRESENCIA, SEÑOR, ABRIRNOS EL CORAZÓN Y ES TAMBIÉN, SEÑOR, SER CAMINANTE EN UN CAMINO POBLADO DE HERMANOS GRITANDO EN EL SILENCIO QUE ESTÁS VIVO QUE NOS TENÉS TOMADOS DE LA MANO