Los signos de admiración te hicieron reverencias, Los puntos suspensivos jamás hicieron pausa tan Grande, y los acéntos jamás fueron más débiles. Anulaste cada regla de redacción que Intentase describir tu majestuosa llegada. Y ahora sé que siempre seré el segundo, porque primero estás tú, Y estoy totalmente tranquilo al respecto. Mi rostro encuentra al tuyo al despertar y veo En tu mirada canciones de Explosions In The Sky. Y ching* a mi madre si ese beso casual que me das en el cuello antes De irnos a fiestear no es una medalla celestial De honor por la cual moriría Aureliano Buendía. Y qué hermosamente falsa y depresivamente post-modernista te Portaste esa noche pero amo cómo tomas ciertos riesgos sociales por Recuperar los momentos que la vida te cobra por irte a trabajar. Tu rostro eriza la piel de Dios y lo hace sonreír.