Me gusta, de vez en cuando, Perderme en un bordoneo Porque bordoneando veo Que ni yo mesmo me mando. Las cuerdas van ordenando, Los rumbos del pensamiento, Y en el trotecito lento De una milonga campera Va saliendo campo ajuera, Lo mejor del sentimiento. Ninguno debe pensar, Que vengo en son de revancha. No es mi culpa si en la cancha Tengo con qué galopar. El que me quiera ganar, Hai de traer buen parejero. Yo me quitaré el sombrero, Porque así me han enseñao, Y me doy por bien pagao Dentrando atrás del primero. Siempre en voz baja he cantao, Porque gritando no me hallo. Grito al montar a caballo Si en la caña me he bandeao. Pero tratando un versiao Ande se cuenten quebrantos, Apenas mi voz levanto Para cantar despacito. Que el que se larga a los gritos No escucha su propio canto. Si la muerte traicionera, Me acogota a su palenque Háganme con dos rebenques La cruz pa mi cabecera. Si muero en mi madriguera, Mirando los horizontes No quiero cruces ni aprontes Ni encargos para el Eterno. Tal vez pasando el invierno, Me de sus flores el monte