El conventillo luce su traje de etiqueta; Las mozas van llegando, dispuestas a mostrar Que hay pilchas domingueras, que hay porte y hay silueta, Igual que los galanes deseosos de tanguear. La orquesta ya musita un tango acompasado, Atacan los varones buscando, en el montón, La princesita rosa del rulo ensortijado Que espera a su Romeo como una bendición. El dueño de la casa Atiende a las visitas Lo que les alvorota Gritando en derredor. Jugando a la rayuela, Al rango, a las bolitas, Mientras un gringo alegre Se siente payador. Jugando a la rayuela, Al rango, a las bolitas, Mientras un gringo alegre Se siente payador.