Buena como nadie, linda como el sol Reinaba por su pinta en el salón Bailando un tango nació nuestro romance Mientras la orquesta tocaba, tocaba Cuatro compases que alegraron mi triste corazón Con un divino amor Calmo mi dolor suave y con padrón Me puso el encanto entre mis brazos Y hoy junto al calor de su tierno amor Enterré la angustia de un fracaso Ya no lloro la maldad De aquella, ahora vivo tan feliz con ella Suena bandoneón que mi corazón Quiere esos compases recordar Cuatro compases milongueros que fueron La emoción de un nuevo y dulce amor