Vamos allá, a ese lugar donde nacieron nuestros sueños Y vamos allá, a ese momento donde no sentíamos el peso Que se nos cobra por existir Y quién construyó, un edificio encima del jardín de nuestros sueños Y quién nos quitó, la licencia para ser felices Gritos frenéticos Hablan de un mundo que se derrumba alrededor nuestro Tantos testigos de un mismo hecho y nadie Se levanta a señalar lo bueno Lo que vale la pena compartir Y quién nos cubrió, los ojos con paños de miedo Y quién apagó, nuestras voces para decir cuando estábamos Tristes, o contentos, o con frío, o hirviendo Deja atavíos y demás, no los necesito Sentirse grande por dentro Y pequeño en el infinito Porque estar vivo y de pie es lo que necesito Y ya no hay tiempo que perder Aunque pasemos al olvido Nadie nos quita lo vivido