Nunca ningún amante es perfecto Ni tiene la sonrisa adecuada. No siempre dice la palabra dulce; A veces, ni siquiera sabe hacer el amor. Pero la magia del momento Toca muy bien su blues. Hay días en que me desmorono Como la sombra de una viuda arruinada. Vivo el peligro de morderme las encías, De recordar que sólo soy un malherido. Y ¿saben?, cómo deseo un cigarro Que se consuma en diez años, Beberme mi vida a sorbitos Como si fuera una cuba. Y bueno, a ti, que me has visto Con la reuma de esas noches, No pagues por conocer Cómo se fue tu pubertad en esos blueses. Al final siempre vas a odiarlos. No me sigas, no me tientes, No me pidas que te desvista, no... No necesito una amante ahora, Déjame tranquilo. Quiero mirar mis propias dudas Desde el puente del valor, Arrojarme hacia la noche De la noche vengo yo. Pude besarte la cintura, Adorarte, pero no. Cada palabra sería un incendio, Una grave insinuación; Y me escondo en el silencio En silencio vivo yo. No necesito una amante ahora, Déjame tranquilo. Quiero mirar mis propias dudas Desde el puente del valor; Despertarme con tu ausencia, ¡cuánta ausencia, digo yo!