Que vivan los estudiantes, jardín de las alegrías. Son aves que no se asustan de animal ni policía, Y no le asustan las balas ni el ladrar de la jauría. Caramba y zamba la cosa, que viva la astronomía. Que vivan los estudiantes que rugen como los vientos Cuando les meten al oído sotanas o regimientos, Pajarillos libertarios igual que los elementos. Caramba y zamba la cosa, que vivan los experimentos. Me gustan los estudiantes porque son la levadura Del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura Para la boca del pobre que come con amargura. Caramba y zamba la cosa, viva la literatura. Me gustan los estudiantes porque levantan el pecho Cuando les dicen harina sabiéndose que es afrecho, Y no hacen el sordomudo cuando se presenta el hecho. Caramba y zamba la cosa, el Código del Derecho. Me gustan los estudiantes que marchan sobre las ruinas; Con las banderas en alto va toda la estudiantina. Son químicos y doctores, cirujanos y dentistas. Caramba y zamba la cosa, vivan los especialistas. Me gustan los estudiantes que van al laboratorio. Descubren lo que se esconde adentro del confesorio. Ya tiene el hombre un carrito que llegó hasta el purgatorio. Caramba y zamba la cosa, los libros explicatorios. Me gustan los estudiantes que con muy clara elocuencia A la bolsa negra sacra le bajó las indulgencias. Porque, ¿hasta cuándo nos dura, señores, la penitencia? Caramba y zamba la cosa, que viva toda la ciencia