La tarde de mi llegada al pago la realidad Apenas pude templar las cuerdas de mi guitarra Porque en medio de la farra no hay tiempo a desperdiciar Enseguida adiviné que ya el turno me tocaba, Tal vez si desafinaba no hubiera sido advertido Pero si de haber mentido, hoy ni el silbo me quedaba. Cante milongas y estilos, cifras tristes y relatos Por cada copla un retrato de la vivencia paisana Y nunca cante macanas de esas de pasar el rato Sin criticar las razones del que canta por cantar Solo me pongo a pensar que alguna pena lo aqueja Y me acuerdo de la oveja cuando se dentra a rascar. No choco por chocador aunque algún machucón tengo De cuadrarse me prevengo, de no vivo descuidado Perro que lo han cascoteado al amague se hace el rengo. A veces me han dicho cosas que extrañan al más baqueano Con las cartas en la mano me han hecho temblar la pera No es igual juzgar de afuera cuando se opina, paisano... De afuera todo es pan dulce de adentro es galleta dura Donde falla la cordura vas derecho al matadero Y yo no soy un ternero para que me triencen la achura Tengo sobrada experiencia que aprendí en los entreveros No siempre los más mañeros son los que cortan el lazo Hay mansos que de un viandaso se llenan de pella el cuero. Por eso, en esos parajes llamados la realidad Yo me suelo entreverar con tantos otros cantores Que sin llegar a doctores diagnostican la verdad Yo se que hay enfermedades que nunca podré curar Pero trato de explicar la variedad del microbio Causante de tanto oprobio que nadie debe ignorar Ojala dios lo quisiera ser un sabio en acertijos Pa que el hijo de los hijos con mi parecer brillante Encuentren en adelante un futuro más prolijo Ojala dios lo quisiera... pero parece que no A gatas si alzo la voz sin otra sabiduría Que enredar en mi poesía la miseria y el dolor Es razón del que ha sufrido ser espejo de la vida De cada dicha perdida, de cada esperanza nueva Y no esperar a que llueva para mojarse en la llovida. No se arriendan las dulzuras ni se venden los dolores No se emprestan los amores, no se roban las ternuras, Y aunque te comulgue el cura, solo dios te da favores ¿Cómo se hace para callar si en la tripa tengo un ñudo? No ser que me quede mudo, no ser que me muera de infarto Pero si ayudo en el parto no será por ser guampudo Un medallón de arrogancia adorna mis libertades Y un medallón de humildades mi respeto de paisano Por cada mano una mano, por cada verdad, verdades En épocas de misterio pal que de abajo pelea En épocas que la tea de la paz se está apagando Mi canto se irá quemando pa alumbrar al que no vea Y aunque mi copla achicharre su contenido testudo Aunque el palo de mi cruz se queme con mi existencia No ha de servir mi conciencia si no derrama su luz. Guitarra que en el paisaje de la vida me acompaña Desatame las hurañas cadenas del comodísimo Y prestame el heroísmo de hacer flamear mis entrañas Guitarra que sos el cabo del facón de mi palabra Que sos la dulce muarra ensartadora de penas Dame la hermosa condena de ser tu esclavo... guitarra Guitarra de aquella vez que conjugué el primer canto Con inocencia y encanto que amalgamó soledades Te llevo en inmensidades melancólicas de llanto Guitarra que asoma triste como lidio en la capilla Inmaculada mantilla sobre el altar de la gloria Pueblo que alza la victoria vertical de su semilla Guitarra que sos el puño de un país vivo y latente Rebelde al indiferente, mercader de la pobreza Dignidad de la grandeza por la vida o por la muerte Guitarra que en estridente silencio y meditación Clavadas en tu diapasón la sabia razón del canto Deja que sea mi llanto quien rompa tu corazón Nubarrón tras nubarrón cubre el sol de la esperanza Con promesas que no alcanzan, con realidad que no llega Con manos que se refriegan y otras que nunca descansan. Nubarrón tras nubarrón que se convierte en pedrada Sobre la melga sembrada de sueños y de ilusiones Mientras crecen las pasiones proletarias y olvidadas Nubarrón tras nubarrón llovedoras de cinismo Reliquias de un feudalismo ramificadas en leyes Reyes que no quieren reyes pero que reinan lo mismo Catedráticas mortajas que levantan sus banderas En espera de otra espera que revalide su enjambre Mientras el pueblo con hambre ni se ignora ni se entera.