Vamos mi piuqué a saludar del día el calor que cuando entibie el mallinal haré por ti el choiquepurún. Vientos llevarán mi rogativa al pehuenal, Mapuche, el ritmo del cultrún, el lonco-meo apurará. ¡Ay!, mi madre tierra, piel de barro y de coirón, vientre que fecunda el sol. Grito de mi raza, cuando sea soledad... ¿qué lunas te llorarán? Ya va a anochecer tu viejo sol dulce mapú. El silbo arisco del pilpil se perderá en la noche azul. Solo quedaré rescoldo vivo en la quietud, en qué menucos me hundiré hasta que vuelva el nguillatun. Voz de la montaña que la machi evocará rito y danza en el ñiral. Grito de mi raza, cuando sea soledad... ¿qué lunas te llorarán?...