Inocencio Rosales se parece A una talla hecha a golpe de machete Suele estarse mirando la distancia Sin moverse, callado, sin moverse Hoy le he visto cruzar hacia la plaza Con un trozo de pan y una botella Le miré caminar pesadamente Arrastrando las piernas Sé que el sol le hace astillas en la cara Que le estalla en la frente Que no puede con él esta mañana Tan cansado se siente Inocencio Rosales suele alzarse De su propia tristeza Con un vaso de vino colorado Cuando llega la siesta ♪ No golpea las puertas ni siquiera Cuando el hambre le quema Con sus tallas oscuras, recostado Contra el muro se queda Él no vino del fondo de la isla A pedirles limosna Él les trae sus toscas criaturas Y apenitas les cobra Tiene un raro fulgor en la mirada Cuando piensa sufrido "Ya verán un buen día estos señores Lo que pueden los indios" Él no es de quedarse allí tirado Como un saco vacío Él es hombre de andar poniendo el hombro Es de hacer los caminos Con un vaso de vino esta mañana Se ha quedado en la plaza Frente a él sus criaturas de madera Se le antoja que bailan Inocencio Rosales, sin apuro Bajo el sol se emborracha Cuando vuelva a la isla por la noche Dormirá con la Juana Cantará en guaraní cuando amanezca Volará en cada astilla Que le arranque al madero con los dientes Bajo el sol de la isla ♪ Bajo el sol de la isla