Inerte, incoherente, fugaz la cotidianidad te deja oscuridad (Ya nada es real) Y en el suelo me niego a doblegar el ego, apuesto a la espada de fuego (Puedo despertar) Recuerda sin temor tus adentros Para ya escrito en tus cimientos La verdad que te niegas buscar Nada es santo ni nada es siniestro No entiende cuál es la causa del defecto La sangre nos llama hacia la esencia humana y al límite aflora un deseo mordaz (Del fuego dual) Dos caras y lados, un tótem sagrado, respiro el aroma viciado (Giro en la espiral) de inmortalidad ♪ Recuerda sin temor tus adentros Para ya escrito en tus cimientos La verdad que te niegas buscar Nada es santo ni nada es siniestro No entiende eres tú la causa del defecto