El lunes por la mañana Saliendo a pasear inés, Me encontré con la inhumana Y dije postrado a sus pies. Señorita, si me admite, El corazón le daré. Y me contestó enfadada Hoy día no puede ser. Mañana al anochecer. El martes, segundo día, En su puerta me paré Muy atento, muy afable, Muy alegre y muy cortés. Señorita, si me admite, El corazón le daré. Y me contestó enfadada Hoy día no puede ser. Mañana al anochecer. El miércoles por la tarde Saliendo yo del café Iba con su madre al lado. Ay de mí, sí le diré. Señorita, Lo prometido de ayer. Y me contestó enfadada Hoy día no puede ser. Mañana al anochecer. El jueves a mediodía Saliendo de trabajar Al encontrarla me dijo: Señor, déjeme pasar. Señorita, Lo prometido de ayer. Y me contestó enfadada Hoy día no puede ser. Mañana al anochecer. El viernes por la mañana En su puerta me paré Hasta llegar a decirle Lo prometido de ayer. Señorita, si me admite, El corazón le daré. Y me contestó enfadada Hoy día no puede ser. Mañana al anochecer. El sábado de ocho siglos Se permite trabajar, Más por la iglesia romana El domingo a descasar. Caballero vaya a andar. Señorita, Lo prometido de ayer. Y me contestó enfadada Hoy día no puede ser. Mañana al anochecer.