La voz de un hombre me persigue en el recuerdo... En el recuerdo tormentoso del ayer, Era una voz que suplicaba a mi conciencia: ¡Que fuera buena!... ¡Que lo quisiera bien!... Son mis sentidos que te gritan que regreses Es mi tormenta la que aflora con tu voz, Es llamarada el quererte y no tenerte Saber que late, para ti, mi corazón. ¡Llamarada!... Es oír desde las sombras Esa voz que a mí me nombra, Que la busco y que no está. ¡Llamarada!... Es sentir sobre mi boca Todo el fuego de tu boca, Que me quema y que se va... ¡Llamarada!... Es oírlo que me nombra... Y es correr tras una sombra, ¡Imposible de alcanzar!... Estoy pagada con castigo al recordarte... Mi sangre grita que me quieras otra vez, Temor de vida que se escapa con el tiempo Y no tenerte de nuevo como ayer... Es llamarada recordarte con la sangre Saber que nunca, nunca más ya te veré, Mirar mis sienes que blanquean y detienen Con mil recuerdos esta angustia de querer. ¡Llamarada!... Es oír desde las sombras Esa voz que a mí me nombra, Que la busco y que no está. ¡Llamarada!... Es sentir sobre mi boca Todo el fuego de tu boca, Que me quema y que se va... ¡Llamarada!... Es oírlo que me nombra... Y es correr tras una sombra, ¡Imposible de alcanzar!...