Saben muy bien mis cercanos
Que a mi me gusta viajar
Y muchas veces no estoy
Cuando debería estar.
Yo voy haciendo canciones
Como quien hace sombreros,
No busco fama ni gloria
Y mucho menos dinero.
Defiendo las causas justas
Y canto por quienes luchan
E intento abrir el oído
De aquellos que nunca escuchan.
Y que nadie se confunda,
No tengo nada de "santo",
Yo siempre soy el primero
Al que dirijo mi canto.
Me brotan hoy desde adentro
Tantos versos egoístas...
Veintitrés años y medio
Me van pasando revista.
No soy quien pude ser antes
Y no he dejado de serlo,
Dejadme que me arrepienta
De haber querido estar muerto.
Hoy canto porque me ahogo
Y si canto, me libero,
Pero canto solo si canto
Un canto libre y sincero.
Vengo del roble torcido
Y huelo a hierba mojada,
Vengo del sabor del viento,
Del llanto de la alborada.
Busco en mis ojos la luna
Y en ellos no encuentro nada,
Sólo el reflejo insolente
De mi insípida mirada.
Vengo del ronco ladrido
Soy un camino de piedra,
Vengo del sol vespertino,
De las paredes de hiedra.
Busco en mis ojos la luna
Y encuentro a la madre tierra,
Mi hogar, mi extensa vereda
Que nace junto a la sierra.
Me gusta la noche sola
Con el olor de su dama,
Un patio de Andalucía
Está envolviendo mi cama.
Yo no digo lo que digo
Por decirte cualquier cosa,
Como no es moco de pavo
Que vuele una mariposa.
No te doy la mano en vano,
No grito, si no hace falta,
No lloro, si no me duele,
No canto, si no te exalta.
No quiero ser complicado,
Quiero pensar lo que digo,
A veces hablo muy claro
Y a veces le hablo a mi ombligo.
Tanta arrogancia rechazo
Como humildades que humillan,
Ser bueno no es ser sumiso,
Los buenos no se arrodillan.
He sembrado una semilla,
La riega la confianza,
La palabra será el fruto
Del árbol de la esperanza.
Miedo le tengo yo al miedo,
Miedo a agachar la cabeza
Por miedo a que nos la corten
Por denunciar la vileza.
Vengo del roble torcido
Y huelo a hierba mojada,
Vengo del sabor del viento,
Del llanto de la alborada.
Busco en mis ojos la luna
Y en ellos no encuentro nada,
Sólo el reflejo insolente
De mi insípida mirada.
Vengo del ronco ladrido
Soy un camino de piedra,
Vengo del sol vespertino,
De las paredes de hiedra.
Busco en mis ojos la luna
Y encuentro a la madre tierra,
Mi hogar, mi extensa vereda
Que nace junto a la sierra