Vine a cantar, compañeros Porque era mi obligación no negarme a la canción Pero debo ser sincero Y para mí, lo primero es que era un acto del frente Con el corazón caliente y con la cabeza fría Canté como suponía que ustedes quieren que cante Pero soy un militante y mis canciones no son mías Por diferentes razones, durante casi 10 años He cantado desengaños, rebeldías e ilusiones Esas fueron mis canciones durante todo ese tiempo Algunas las llevó el viento y otras dejaron memoria Pero el tiempo no es la historia, ni la vida es pensamiento Como muchos, he soñado con el frente Mucho antes de que saliera adelante como un sueño realizado Pero también he pecado de ser individualista Juramentado anarquista frente a mi sola conciencia Sin hacer más experiencia que la de ser un artista Hoy siento que soy muy poco como cantor y poeta Si nunca apliqué recetas a mis canciones tampoco Ni más cuerdo ni más loco que cualquier hombre prudente Más de una vez fui inconsciente, al ver que se me aplaudía De que en cada aplauso ardían las manos de mucha gente Es riesgo del que realiza su vida en un escenario Sentir que es extraordinario el horizonte que divisa Pero aquel que catequiza apoyado en las bordonas Si cantando no razona como cualquier proletario Deja de ser necesario cuando el pueblo lo abandona Yo no canté para ustedes la canción que más quisiera Si por un milagro fuera capaz de inventarla ahora Sepan que, sin más demora que la de extender la mano Hablaría de mis hermanos, los muertos, los torturados Los presos, los explotados, de milico y de paisano Yo no he cantado las duras consignas del bocamaro Que se arriman al reparo de este pueblo vigilante Ni canté el verso rampante del poeta consagrado Pero más que nada, aclaro, que mi canción más madura Será la que cante puras razones, que ya son muchas Del compañero que lucha sin pistola en la cintura Porque este pueblo es bagual y va a encontrar el camino El cantor es peregrino sonido de este caudal Si algo soy, soy oriental y ese es mi mayor orgullo Más que flor quiero ser yuyo de mi tierra, bien prendido Del pueblo solo un latido, de su andar solo el murmullo Y sé que el triunfo es seguro mientras estemos unidos Con cantores aplaudidos no se edifica el futuro Siento el deber, y lo juro, de no cantar sino aquella canción Que como una estrella alumbre, pero tan lejos Que no cieguen sus reflejos al que anda oliendo la huella ¡Hasta siempre, compañeros! Sepan que tenía más ganas de decir estas macanas que de cantar Lo primero, para mí, es el pueblo entero, verdadero soberano De milico y de paisano, cantando para sí mismo Que marcha hacia el socialismo y me lleva de la mano