Un loco pirómano perdió su cabeza Enciende personas cegado por demencia La gente aterrada trata de huir Pero él los persigue e incinera hasta morir Cargando sus fósforos solo por placer Observa y se cautiva cuando ve algo arder Personas, animales, objetos y hasta él mismo Ya nada está a salvo de sus mórbidos sentidos Maldad que toma forma en un rostro sin dolor Su alma ya podrida anhela exhumación Poseído por demonios entre fuego e ignorancia Saciando sus deseos, te cubre con las llamas ¡Fuego! En el cementerio yo encendí a los occisos Allá en la iglesia la cruz reduje a cenizas Yo anhelo el fuego destruyendo a mi paso Las yagas y quemaduras abundan en mis brazos Los restos de aquel bastardo ya solo son carroña Emanan un mórbido olor, como carne carbonizada Mi mente ahora retumba, no lo puedo controlar Este instinto macabro me lleva a incinerar ¡Morirás! ¡Arderás! ¡Incineración! Maldad que toma forma en un rostro sin dolor Su alma ya podrida anhela exhumación Poseído por demonios, entre fuego e ignorancia Saciando sus deseos, te cubre con las llamas Maldito maniaco, terrible alma insana El rastro que nos deja es un infierno terrenal Cenizas que brotan exponiendo tu dolor Las llamas y las brasas juntas en un resplandor Incineración, producto de enfermedad Incineración, en la maldita oscuridad Incineración, su designio al sacrificar Incineración, todo este incendio es un ritual