Don buitre sentado en su cuarto buscaba la forma de satisfacer
Sus más cochambrosos deseos sus ansias de jugar con una mujer.
Acostumbrado a fingir amor, más buscaba pasión,
Nunca a él le importó dañar un dulce corazón.
Disfrazado de oveja el lobo su presa encontró.
María la tibia dejó ya su Biblia buscando un poco de emoción,
Pensó ella, que afuera en el mundo podría encontrar el verdadero amor.
Cansada ya de esperar al hombre que Dios le iba a dar
No resistió los encantos del buitre que la iba a engañar,
Como a muchas otras, también la prueba de amor le pidió.
Don buitre sentado en su cuarto buscaba la forma de deshacerse
Del niño que ahora María desconcertada llevaba en su vientre.
Todo lo que prometió el buitre, nunca lo cumplió,
Y ella fue quien más perdió, por no esperar, todo pasó,
Pues que comunión tendrán la luz con las tinieblas? ¡NO!
María levantó su rostro mirando hacia el cielo, buscando perdón,
Sabía que lo hallaría, pues ahí está el verdadero amor.
Restaurada de su error, María entonces pensó:
"Tú no debiste sufrir, tan solo debías creer".
Que todo lo que ella vivió, no pase con otras ¡YA NO!
Es mentira, entiéndelo!
Si juegas con fuego no culpes al cielo si empiezas a sentir calor.
¡Valórate! Tú eres más que un objeto sexual,
Piensa que si caes, Talvez no te podrás levantar.