Este caballo no tira más del carro, Cortó sus riendas y con ellas se ha ahorcado. Porque las ruedas se han atascado Entre las piedras que intentaron lapidarlo. El tiempo de los hombres libres toca a su fin, Solo nos queda rezar. El tiempo de los hombres justos terminará, Solo nos queda sangrar. Hola, soy la destrucción. He venido a reclutarte. Asume mi prescripción Y tal vez puedas salvarte. No, mientras quede una gota de sudor Dispuesta a sacrificarse Por la suave esencia, Que alimenta a la ambición. Prudencia, no contéis conmigo. Musa de tantas libertades, Te vuelvo a ver; Arderé contigo. Miedo que has tejido mi soga, Has de saber Que en la talla he mentido. Yo mismo torturaré Con mis manos al verdugo Que afiló su hacha, al ver Que una voz quebraba el muro. Hola, soy la destrucción...