Camina firme por la cuerda floja, Nunca vacila si se trata de esquivar Las puñaladas que la vida le arroja, Nunca le alcanzarán. Sus sueños le hacen posponer el letargo, Se ha acostumbrado a cavilar en el fragor, El pesimismo le empuja, pero en vano; No obtendrá su dimisión. Tarde o temprano saldrán corriendo Los que pensaron que el sufrimiento Acabaría debilitando a este corazón. Que late más fuerte a cada atropello, Aunque la soga se ciña al cuello; En el desierto un rastrojo es siempre una flor. Siento como se escarpa el camino, Y la espalda se encorva a su vez, Y los buitres se visten de blanco Para no retroceder. Si el cansancio desiste en su causa Y el calor no se alía con él, Las cenizas serán mi posada Y la cuerda nuestro burdel. "Y apreciaremos el trabajo que ha hecho La tormenta, y su belleza, La belleza del trueno a remolque del rayo, Y del noble baile de fuego De cuando ambos se encuentran. ¡Ruge!, ruge para mí. Y que todo acabe hoy. " Si cae sabe que del suelo no pasa Y ha descartado ya la opción de abandonar. Ya sople el viento o se afile la escarcha, Siempre un intento más. Se apartará la decepción, Ajusticiada por las espinas Que ha arrancado del rosal.